Tradicionalmente se le retribuye al personal por el puesto de trabajo que ocupan y en función de aspectos como la antigüedad.
Sin embargo, actualmente la gestión por competencias ha introducido un nuevo concepto en este proceso el cual se basa en la idea de remunerar a los trabajadores en función de las competencias y habilidades que tengan y que, a la vez, contribuyan al logro de los objetivos organizacionales.
Esta diferencia entre la compensación tradicional y aquellas por competencias se puede apreciar en el siguiente cuadro:
Modelo clásico
- Rigidez
- Retribución por estatus y permanencia
- Incrementos salariales garantizados
- Crecimiento vegetativo de la masa salarial.
- Evaluación subjetiva de la actuación individual.
Nuevo modelo
- Flexibilidad
- Retribución por mérito/desempeño
- Incrementos salariales y personales
- Establecimiento de la masa salarial en función de la rentabilidad de la empresa.
- Desarrollo de sistemas de evaluación participativos.
La compensación por competencias cada vez es más tomada en cuenta debido a:
La tendencia hacia unas organizaciones más planas y con menos niveles jerárquicos que fomentan la iniciativa y capacidad individual.
El papel que desempeñan las competencias para posibilitar e impulsar el cambio en la organización.
La creciente importancia de los trabajadores con conocimiento para lograr el éxito presente y futuro de las organizaciones.
Para que la organización pueda implementar este proceso de competencia, es imprescindible que elabore un programa de incentivos y recompensas premiando el nivel de competencias que el trabajador posee.
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Autor: Valeska León
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